Un amigo muy querido y enterado de temas religiosos me comentó lo que el denomina un triunvirato que anuncia la presencia en estos días del salvador entre nosotros.
Trumpet es trompeta en inglés me dijo y “Dios instruyó al antiguo Israel en el uso apropiado de las trompetas para transmitir mensajes importantes. El sonido de una sola trompeta quería decir que habría una reunión de los dirigentes de la nación. El sonido de dos trompetas era un llamado para que todo el pueblo se movilizara y se reuniera (Números 10: 2-4)
Con Nayib Bukele en cambio, se trata de un gobernante de un país que lleva su nombre, El Salvador y será por eso que en reiteradas ocasiones de autodefine como “un instrumento de Dios” y desde su discurso de toma de posesión dijo: “Nadie se interpondrá entre Dios y su pueblo para poder cambiar a El Salvador”, adjudicándose conocer la voluntad divina y de una sociedad. Estas referencias no han sido las únicas en los primeros años en su mandato. El l7 de noviembre de 2019 asistió a una reunión con un grupo internacional de medios evangélicos, en la cual expresó: “Cuando Dios decide algo, ni uno puede contra eso”. En esa misma ocasión, dijo que Dios le había profetizado cuatro cosas: que sería alcalde de Nuevo Cuscatlán, luego de San Salvador, luego presidente y una cuarta profecía cuyo contenido no compartió. Ahora, si la religión es un sistema solidario de creencias y prácticas, que puede mejorar la vida del individuo y la sociedad, ¿existe algún problema con que Bukele haga uso del lenguaje religioso?. Bukele acaba de ser reelegido presidente de su país.
Completa el trio un personaje de cabellos desordenados, pero de ideas concretas, transparentes y rotundas y desde que asumió el gobierno de Argentina ha soltado frases como los Macabeos y las Fuerzas del Cielo, una cita bíblica que proviene del libro de los Macabeos y hace alusión a la revuelta que llevó a cabo un movimiento judío de liberación en el año 166 a.C. contra los invasores que integraban el ejército griego.
Para algunos religiosos su apellido Milei se relaciona con la ley de Cristo, que está entre nosotros y se manifiesta mediante señales que debemos saber interpretar.