A Diodo Sículo, tal vez el más grande historiador en la antigüedad, autor de los primeros libros sobre Egipto, Mesopotamia, India, Escitia y Arabia, la historia del mundo, le atribuyen también una de las primeras versiones del dicho tras cuernos palos, a partir de relaciones entre Pasífae y el toro de Creta, padres del Minotauro.
Otros se remiten a historias de vikingos, el derecho de pernada y el casco con cuernos colgado en la puerta mientras consumaba el acto.
En la cultura celta atribuyen a los cuernos un significado que tiene que ver con la capacidad de engendrar hijos fuera de su pareja.
Otra teoría se inspira en la conducta de algunos animales que muestran orgullosos su cornamenta luego de tener relaciones y la levantan en señal de fortaleza.
Lo más cercano a la realidad es que los ciervos, alces y venados tienen un comportamiento promiscuo, su forma normal de procrear y entonces los cuernos se convierten en símbolo en esta metáfora inspirada en el mundo animal.