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sábado, noviembre 23, 2024

A LLORAR A LA PLAYA

 

A llorar a la playa o a llorar al rio es un dicho que se refiere a hechos consumados, cuando no hay nada que pueda cambiar esa situación, puede ser algo que no nos agrada, no nos complace, pero es la realidad y hay que aceptarla.

Y aunque el dicho es muy popular siempre me pareció un contrasentido debido a que no recuerdo haber ido alguna vez en la vida a llorar a la playa.

Desde que tengo uso de razón a la playa voy a divertirme, a gozar de la naturaleza, a contemplar la inmensidad del océano, admirar la creación de Dios, la belleza del universo.

Allá es que vamos a relajarnos, reírnos, disfrutar del aire puro, la brisa marina, el murmullo de las olas que nos conversa de amor, de ese mar que parece unirse a cielo, como dice la canción, pero jamás para lamentarnos de nada.

No recuerdo haber ido nunca a llorar a la orilla del mar y si lloré habrá sido de alegría por haber llegado ahí para maravillarme en la tarde de ese espectáculo impresionante que es ver sumergirse en sus aguas ese sol inmenso que nos da luz y calor cada día.

No hay mejor lugar en el mundo que la orilla del mar para ver durante la noche ese cuadro gigantesco del cielo lleno de estrellas que titilan como cantó Neruda.

Ir a llorar a la playa es un dicho cruel que subraya lo inútil que resulta para el mundo que dejes caer una lágrima en el océano grandioso que baña todos los continentes.

De nada sirve llorar, es el consejo, y si vas a hacerlo te sugiere lo hagas junto al mar.

 

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