Sobrevivir, pese a las duras circunstancias, es una expresión que usamos cuando alguien se salvó de morir en un accidente, cuando miles murieron en la epidemia, cuando otros están muriendo a nuestro alrededor y seguimos respirando, cuando pese a todo lo difícil que se presenta la situación, seguimos con vida, llegamos al 2024, un año más del calendario.
Sobrevivimos al año, al siglo y al milenio, a la peste, los terremotos y la hiperinflación, sobrevivimos al terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA. Hemos sobrevivido a los gobiernos de Alan García, Martín Vizcarra y Pedro Castillo. Somos casi inmortales.
Hace un tiempo llamé por teléfono a un amigo para conocer cómo le iba, en qué andaba esta vez y me respondió entre triste y cachaciento:
- Sobremuriendo, brother, sobremuriendo
Es muy distinto a sobreviviendo, esta palabra, sobremuriendo, merece ser incorporada al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Lejos de significar estrictamente lo que manifiesta, expresa una situación cuando menos incómoda, motivada por circunstancias adversas que pueden poner en peligro una vida.
Quiere decir que estamos perdiendo la guerra contra la muerte, se nos escapa la vida por lo difícil de una situación generada por mafias que confundieron la política con el crimen, el gobierno con la repartija, el congreso con un circo, la justicia con linchamiento, la autoridad con el abuso, la noticia con el cuento, el periodismo con bulling.
Estamos sobremuriendo porque destruyen la democracia, prostituyen los servicios públicos, sacrifican los valores y premian el fraude y el engaño, recompensan la coima, protegen al sobornador.
Sobremuriendo más que una palabra es la expresión de un estado de ánimo, descontento con lo que sucede a nuestro alrededor, es una manera de reírse de la muerte, la desventura, el infortunio y la adversidad. Es una forma de decir que nos divertimos pese a todo lo que está sucediendo.
Sobremuriendo es una voz de protesta, es un reclamo, es una crítica y condena, es una queja y un reproche, es la desaprobación que confirman las encuestas.