Cuando decimos que alguien está hablando sin ton ni son, es que está diciendo cosas sin sentido, palabras que no vienen al caso, nada que ver con lo que ocurre en el momento, dice lo que sea, “está hablando piedras” “habla rocas” dicen los millennials y está hablando “puras cabezas de pescado” dicen en Chile.
Ton y son, tienen que ver con la música, son el tono y el sonido y dan origen a este viejo dicho que se refiere concretamente al músico que entra cuando no le compete, toca su instrumento en momento inoportuno, no le concierne, todavía no le corresponde, el director no le ha dado pie.
A Dina, cada vez con mayor frecuencia, la escuchamos hablar de todo menos de la solución a los problemas que afligen a los peruanos, la inseguridad ciudadana, la falta de trabajo, de inversión privada y pública, la corrupción en todas partes, a todo nivel.
La escuchamos hablar del congreso y la Junta de Justicia como si alguien le hubiese dado vela en ese entierro, dice que quiere cambiar la historia y no hace nada para que se le recuerde como la mujer que se amarró bien los pantalones y acabó con el terrorismo en el Vraem, combatió a las mafias internacionales que sembraron violencia y caos en todo el país, construyó escuelas, hospitales, cárceles, carreteras.
No, lo único que ha hecho en un año y crece incontenible, igual que con Vizcarra, Ollanta, Sagasti y Castillo, son los cementerios, ya no hay sitio para más muertos.
Mientras tanto la tenemos entusiasmada en dar mensajes sin ton ni son.