La gran pregunta que algunos se hacen en estos días es ¿cuándo y por qué se rompió la buena relación entre Patricia Benavides y Marita Barreto? Esa parece ser la clave de todo este embrollo político-judicial.
Y la respuesta la tenemos a la vista, solo que algunos no la quieren ver, no la reconocen, prefieren que no sea así. La ruptura se produce a partir de la sanción impuesta al fiscal Vela Barba por expresiones que tuvo contra una magistrada.
Prefirieron castigarlo por bocón, por lengua larga, por insolente que por estar aconchabado con Odebrecht y la mafia que saqueó al país miles de millones de dólares.
Odebrecht sabe que si se les cae el armazón judicial que los libra de toda culpa, entonces tendrían que devolver miles de millones de dólares mal habidos. Hasta podrían ir a la cárcel.
Pero se esconden tras un acuerdo secreto, al que ni la presidente de la república tiene acceso, para culpar a políticos, presidentes y ministros mientras dejan libres a los constructores (Odebrecht y otros brasileños, además del Club Criollo de la Construcción).
Odebrecht aprovechó esta circunstancia para sumar aliados en la fiscalía, policía, jueces y congresistas y los encontró en la caviarada, en la Junta Nacional de Justicia a punto de ser defenestrada, en aquellos que perdieron poder con Benavides en la fiscalía.
Para montar el mismo cuento que con Merino y con el fiscal Chávarry, que también intentaron entrometerse en el acuerdo entreguista de los fiscales Vela y Pérez necesitaban el apoyo del gobierno y conocedores de la inminente acusación por las muertes en las protestas por la caída de Pedro Castillo pisaron fuerte el acelerador y consiguieron lo que estaban esperando.
Salió la orden para que policías y fiscales allanen las oficinas de la fiscal de la nación, sin contar con una prerrogativa reservada a fiscales supremos.
El resto es una historia que aún no se termina de escribir y depende una vez más de un congreso maniatado que debería poner mano fuerte en la sanción a la Junta de Justicia antes que la Junta termine por descabezar la fiscalía y devuelva a los caviares el perdido manejo de la justicia.