La censura al ministro del Interior Vicente Romero, como pocas veces, encierra varios mensajes además del enunciado por incapacidad para combatir la delincuencia organizada.
Las declaratorias de emergencia en algunos distritos sirvieron muy poco y con ellas el Plan Boluarte demostró que se trata solamente de una salida improvisada para rechazar el Plan Bukele que la población reclamaba.
La forma como el presidente salvadoreño acabó en gran medida con las mafias del crimen organizado es demasiado para políticos improvisados, pusilánimes, miedosos, cobardes, flojos, blandengues y rosquetes.
A Romero le encontraron manejos irregulares que seguramente, espero, la justicia se encargará de esclarecer y si corresponde, sancionar.
Pero hay otros mensajes escondidos tras esta censura y tiene que ver con una demostración, que estaba haciendo falta, de la capacidad que tiene el congreso de remover incluso el gabinete entero y a la presidente Boluarte, claro está.
Durante los 18 meses que lleva Dina Boluarte en la presidencia el congreso ha interpelado alrededor de 20 ministros y esta es la primera vez que el procedimiento concluye con una censura.
No se va a resolver la inseguridad censurando al ministro, es el alegato de algunos defensores del régimen a quienes habría que decirles que tampoco se resolverá el problema manteniendo en el cargo a alguien que, está probado, resultó ser incapaz.
Mientras Dina Boluarte no se anime por un ministro del interior con los pantalones bien puestos seguiremos padeciendo este clima de inseguridad que cada vez es más grave.