Estuvo de fiesta el sábado en Ilo, en Radio El Puerto, en el tercer piso de su casa, un mirador con una vista espectacular de Ilo, sus calles, la bahía, el puerto y el mar.
Sesenta años de periodista son un montón de años y la fecha fue oportunidad para recordar sus primeros pasos en la primera emisora de radio que hubo en esa ciudad. Años después, con la ayuda de su familia, pudo tener su propia radio.
El trajín con la noticia lo convirtió también, durante varios años, en corresponsal del diario La Prensa primero y El Comercio después. Junto a sus hijos ha visto crecer Ilo hasta convertirse en la pujante provincia que es en estos días.
Es un católico practicante y tiene a Dios como su principal aliado en el ejercicio de una profesión ingrata, incomprendida y sacrificada, exigente en los horarios y expuesto todos los días a cosechar enemigos con cada denuncia que difunde en ese apostolado que significa difundir la verdad.
“Lo más importante para un periodista es estar activo y mantenerse vigente – escribió el colega Roice Zeballos Rivadeneyra- Dios ha querido que así sea por el bien de tu querido puerto, de tu familia, tus oyentes, tus amigos y colegas que admiramos esta vigencia y trayectoria de tantas experiencias, vicisitudes y hasta sinsabores, es decir tuvo de todo que seguramente te dejan pensando ¿cómo llegaste a 60 años de estar en tu trinchera?”
Agradezco a Mario su generosidad que permite difundir mis comentarios sobre el acontecer nacional, todas las mañanas en el programa matinal de noticias de Radio El Puerto.
Nos conocimos gracias a la Federación de Periodistas del Sur que ahora preside Juan Carlos Sarmiento y confío poder estrecharlo en un abrazo de camaradería pronto, cuando venga por Lima o me de otra escapada para visitar el bello puerto de Ilo.