Les voy a contar algo que algún día será parte de un libro que nos promete mi colega y amigo Miguel Lack y que reveló una noche de Berisso, de Malatesta, adelantando detalles de un pasaje poco conocido de ese personaje singular que fue Genaro Delgado Parker, con quien tuvo una relación de extrema confianza, hasta sus últimos días.
Resultó muy obvio que el general Pérez Godoy, quien derrocó a Manuel Prado Ugarteche el 18 de julio de 1962, quería permanecer más tiempo en el poder, pese a que los miembros de la junta militar prometieron convocar a elecciones apenas ocurrido el golpe.
Seguramente pudo haber permanecido mucho tiempo más en el palacio de gobierno si es que no ocurre lo que aquella noche conocí. Genaro estaba muy joven y lideraba el grupo Panamericana, con ganas siempre de ser periodista y un buen día decide hacer de reportero, en una conferencia de prensa convocada por la junta militar, al término de la cual se acerca a Pérez Godoy para preguntarle, ¿cuándo es que van a convocar a elecciones presidenciales?.
Sorprendido por una pregunta que nadie se había atrevido hacerle, Pérez Godoy dijo que uno de los miembros de la junta se oponía, por el momento, a las elecciones. Genaro descartó a los jefes de la Marina y Aviación, que no podían oponerse a lo que decidían en el Ejército, por lo que el único majadero sería el representante del Ejército, el general Lindley.
Genaro reitera que Pérez Godoy nunca pronunció su nombre pero sí dio a entender se trataba de ese militar, Lindley, cercano a Panamericana, razón por la que el empresario-reportero se dirigió al domicilio del general y le preguntó:
– ¿Cuál es la razón por la que usted se opone a convocar a elecciones?.
– ¿Qué?, ¿eso ha dicho ese miserable?, respondió Lindley.
– Si general, ha dado a entender que usted es el que se opone a convocar a elecciones.
– ¿Qué se ha creído ese cojudo, hijo de su madre?, respondió cada vez más furioso el comandante general del Ejército.
Esa misma noche Pérez Godoy fue derrocado por un triunvirato militar formado por el general Nicolás Lindley López, el teniente general FAP Pedro Vargas Prada Peirano y el vicealmirante AP Juan Francisco Torres Matos. Años más tarde trabajé muy cerca a Vargas Prada, en la Corporación de Aeropuertos CORPAC y confío Miguel Lack, sabrá disculpar mi indiscreción.