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sábado, noviembre 23, 2024

UN DÍA COMO HOY

El 3 de octubre de 1968 se produjo una de las mayores traiciones en la historia política del Perú, con el golpe de Estado de Juan Velasco Alvarado contra el régimen democrático de Fernando Belaúnde Terry.

La dictadura de Velasco anidó la más grave crisis económica de la historia y causó estragos peor incluso que los de la Guerra del Pacífico. Se intentó implantar una economía planificada desde el Estado, como en los países comunistas, cuando en el mundo se había impuesto el modelo alemán, el de la economía social de mercado, que encarga orientar el desarrollo a través de mecanismos que permitan a los agentes económicos actuar con libertad, al tiempo que protege a los consumidores y la competencia.

Con Velasco la planilla estatal creció, se multiplicó y los pocos ingresos de las exportaciones eran rápidamente consumidos por una burocracia voraz, insaciable, cada vez más grande. La deuda externa creció a niveles que la hicieron impagable. Con el pretexto de promover la industria nacional intentaron imponer una economía proteccionista.

El mayor contribuyente era el agro, pero la reforma agraria lo destruyó y dejó de serlo para convertirse en refugio de parásitos públicos y oportunistas “habilosos” que encontraron la manera de convertirse en nuevos ricos. La nacionalización de los hidrocarburos, las minas y el acero, pasó sus primeras facturas. La ley de comunidades industriales obligó a que los trabajadores participen en las utilidades y la dirección de las empresas y las arruinaron.

La revolución de Velasco comenzó a oler mal debido a que el dinero no alcanzaba para cubrir las necesidades elementales del pueblo. Tuvimos que esperar la aprobación de una nueva Constitución en 1979, reformada en 1993, para reconocer el modelo económico que tiene por principio fundamental la economía social de mercado y el respeto a las libertades económicas

Han pasado 55 años y en los colegios no les dicen la verdad a los estudiantes, no les informan que un día como hoy comenzó la ruina política y económica del país debido a un experimento socialista, un socialismo castrense que empobreció al país.

No les dicen a nuestros niños, a los jóvenes de las universidades que el estatismo de Velasco arruinó nuestra economía y generó un proceso inflacionario que estalló debido a que sus sucesores Morales Bermúdez, el mismo Belaunde y Alan García no lo entendieron.

Había que aplicar un shock como hicieron los “Chicago boys” en Chile, dijo Mario Vargas Llosa y le costó la presidencia. El chino Fujimori, que se había mostrado contrario lo aplicó y de manera más radical como lo hubiese hecho el escritor.

Lo malo de no contar la historia, tal como sucedió, nos empuja a repetir los mismos errores y hoy tenemos legiones de electores dispuestos a jugarse otra carta socialista, otro experimento comunista, otro proyecto estatista.

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