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sábado, noviembre 23, 2024

EL RENGLÓN DELGADO

Aprendí a escribir con un lápiz en una mano y un borrador en la otra, hasta conseguir que las bolitas de la “a” y de la “o” con sus respectivos ganchitos, sean redondas como exigía la profesora, mientras la “e”, “i”, ”u” eran más fáciles justamente debido a que no necesitaban ser redonditas, más fáciles de dibujar.

El uso del borrador, cuando comencé a escribir, era tan importante como el mismo lápiz, tanto que algunos lápices traen el borrador incorporado en el otro extremo.

El sacapuntas o tajador completaba la trilogía mínima para atreverse a dibujar las letras, las vocales, las primeras que debíamos dominar para abordar más adelante el abecedario entero.

Los cuadernos de caligrafía tienen un rayado diferente al común de los cuadernos. Un renglón grueso seguido de uno delgado, pero estábamos limitados a escribir solamente en el renglón más grueso. Todavía no entiendo la utilidad del renglón delgado. Alguna razón debe tener y a estas alturas de la vida no consigo una explicación convincente.

Si alguien conoce la explicación, que obviamente debe de tener, le agradeceré me la haga saber. Todo tiene un motivo en la vida y en cuadernos de caligrafía con mayor razón, no lo dudo.

O tal vez se trata simplemente del espacio, entre renglón y renglón, para que las letras también puedan respirar. En consecuencia, no existe el renglón delgado, es un fenómeno óptico. Eso, eso, eso.

 

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