Almorcé hace pocos días con un grupo de profesionales integrantes de una promoción que lleva el nombre de Salvador Allende y les pregunté:
- ¿Por qué ese nombre? ¿no sabían quién era Allende?
- Me respondieron que, en esa época, en los 70, cuando lo decidieron, la izquierda estaba de moda.
Les dije que esa moda nació hace un siglo y no deja de tener seguidores, fanáticos que hasta se juegan la vida por ideas que no conocen ni comprenden.
La izquierda siempre es y seguirá siendo una moda y la moda en política no es más que una tendencia ideológica, que por momentos bulle, contagia, llega a la efervescencia hasta que se desinfla, como el alka seltzer o la sal de Andrews.
Mientras tanto, en el camino, algunos avispados con el cuento de la defensa de los intereses del pueblo, se llenan los bolsillos de dinero de los pobres que dicen defender, del Estado, del presupuesto que debería ser destinado a satisfacer las necesidades más apremiantes, a la “justicia social”.
En los 70 estuvo de moda Allende en Chile, Velasco en el Perú, Juan José Torres en Bolivia, Campora y Perón en Argentina.
En esa misma época estuvo de moda fumar cigarrillos y el tiempo demostró que se trata de algo perjudicial para la salud. Y también estuvo de moda que los varones usen el cabello largo, como los Beatles y luego desapareció, junto con el mambo de Pérez Prado.
Las modas son efímeras, intrascendentes, inconsecuentes y lamentablemente en política deja saldos dolorosos como miles de muertos en aquellos países que caen en el juego ideológico de los vivos, de los que usan la moda para treparse al poder.
Ahora último la moda llegó con Hugo Chávez en Venezuela seguido de Nicolás Maduro, Lula da Silva en Brasil, Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia.
La economía de Venezuela es tan desastrosa que la población huye por el hambre, en el Perú recibimos a cerca de dos millones. La inflación en Argentina camina como la venezolana, Colombia se encamina por el mismo rumbo y en Chile pusieron freno de mano a tiempo y tiraron a la basura el proyecto de una constitución socialista.
El Perú, en el congreso, no se cansan de aplastar a esa minoría de comunistas, cómplices del corrupto golpista Pedro Castillo y acaban de elegir una nueva mesa directiva de derecha porque aquí entendemos que no es cuestión de moda, la política es buscar soluciones racionales a los problemas nacionales.