La Santa Inquisición actualizaba todos los años la lista de libros prohibidos que resultaban incinerados por orden del Papa y en la época de los nazis también hubo gran quema de libros en actos públicos, con banda de músicos y festejo ciudadano, especialmente si los autores eran judíos.
Como los nazis, son los comunistas quienes más libros quemaron y hasta asesinaron a los autores de aquella literatura que consideraban lesiva a la revolución. Eso pasó en Rusia y también en China.
La quema de libros es una de las características propia de los gobiernos totalitarios, de las dictaduras, aunque también ha ocurrido en precarias democracias.
Grupos feministas (feminazis) promovieron quema de libros como la Biblia, en diciembre de 2019, en la Feria del Libro en Guadalajara, México.
No tengo conocimiento de ninguna quema de libros en el Perú, en lo que va de este siglo y si alguien sostiene lo contrario debe decir qué libros, cuándo, dónde y mejor si muestra fotos, videos y testimonios que prueben esa acusación que esgrimen algunos caviares para abonar en favor de la “tercera toma de Lima”, los próximos días.
No hay quema de libros en el Perú, ni absolutamente ninguna manifestación contra judíos, que es otra grave acusación que sacan de las tumbas de la segunda guerra mundial para justificar a Sendero Luminoso.
No sé quiénes son los que dicen pertenecer a “La resistencia” ni conozco a nadie que forme parte de ese grupo señalado como intolerantes de extrema derecha y no pretendo justificar sus actos de agresión verbal contra sus adversarios políticos, pero tampoco se les puede culpar de crímenes que no han cometido, al menos hasta el momento.
Es la izquierda radical la que está acostumbrada a alentar la violencia criminal de grupos como Sendero Luminoso y el MRTA. Son los comunistas quienes azuzan protestas populares para agredir a las fuerzas del orden público. Son los caviares los grandes culpables del clima de odio que persiste entre peruanos.
Son capaces de inventar quema de libros y ataque a judíos, como inventan teorías para confundir la mente de los niños y pervertirlos con la ideología de género.