Anoche cayó la primera de un grupo de ministros que la oposición pide apartar del gobierno por distintas razones que tienen que ver principalmente con incompetencia.
Rosa Gutiérrez renunció al ministerio de Salud y la presidente Dina Boluarte aceptó su renuncia, cuando estuvo a punto de ser censurada por su mala actuación frente a la epidemia de dengue que afecta al norte del país.
Nelly Paredes es el nombre de la anodina ministra de Agricultura que debe ser reemplazada por su incapacidad para llevar ayuda a miles de campesinos castigados primero por la pandemia y después por cuestiones climatológicas.
Al ministro del Interior Vicente Romero le critican no hacer frente con la debida energía a la ola delincuencial que castiga al país.
Al de Defensa Jorge Luis Chávez Cresta lo acusan por varias razones, como los soldados muertos en Puno y permitir que en algunos lugares de esa región sigan circulando con una bandera negra que ofende a nuestro símbolo patrio.
Y al de Energía y Minas Oscar Vera lo culpan de tener un anacrónico sesgo estatista y limitado conocimiento del sector minero, que es lo que mejor debe conocer un ministro de ese sector.
Esas son algunas de las razones por las que peligra el régimen de Dina Boluarte, que parece no darse cuenta que se está quedando sin aire cuando apenas ha recorrido seis meses de una maratón a la que restan más de tres años.
Las críticas contra Dina Boluarte vienen de la izquierda y la derecha y ella carece de la agudeza necesaria para escoger colaboradores que efectivamente la ayuden en una tarea que requiere más conocimiento que buena voluntad.