Tacna es una ciudad de grandes músicos y el más grande de ellos es Andrés, con quien tengo la suerte de compartir mucho más que haber crecido en el agrupamiento de viviendas de las 200 Casas.
Terminé la secundaria con su hermano menor José Luis y frecuenté la pensión donde vivió en Lima, en la calle León Velarde, en Lince, cerca al bosque Matamula, hoy parque Los Próceres.
En la pensión de estudiantes disfruté su conversación siempre amable y hasta un terremoto, en 1970, cuando estábamos viendo un partido de fútbol y me apuró a salir a la calle debido a que yo temía bajar del 2do piso mientras todo temblaba, muy fuerte.
Entonces terminaba su carrera de ingeniero agrónomo y comenzaba la de músico, cantando en el Coro del Estado y estudiando el oboe, del que nunca había escuchado hablar.
Fue becado por Hungría para estudiar en el Conservatorio Bela Bartók y en la Academia de Música Franz Liszt de Budapest.
Luego en la Academia de la Ópera de Basilea con Werner Nitzer, y con René Jacobs (en la Schola Cantorum Basiliensis), Dennis Hall y Montserrat Figueras. Se especializó en canto en Milán y Berna y dirigió el Coro de Niños de la Ópera de Basilea.
De regreso a Lima fue profesor de canto y asumió la dirección coral en el Conservatorio Nacional de Música, la dirección del Coro Nacional del Perú y dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional en el 2006. También se ha presentado como tenor en conciertos, oratorios y óperas.
Como Director del Coro Nacional del Perú Colaboró anualmente en las Temporadas Líricas de Ópera y Zarzuela de la Asociación Pro lirica del Perú, Asociación Amigos de la Opera, y Asociación Cultural Romanza, en numerosas operas, zarzuelas y oratorios sinfónicos corales, de diversos autores del clasicismo y el contemporáneo.
En Tacna se ha dedicado a promover la música, la buena música, entre los jóvenes de la ciudad.