Pese al riesgo de omitir involuntariamente información relevante de su vida, especialmente de su intenso trajín profesional de periodista, me atrevo a escribir unas pocas líneas sobre Oscar Vargas Romero, con la única intención de expresar reconocimiento a un colega experimentado, un amigo de toda la vida, un tacneño destacado.
Cuando ingresé a la Escuela Normal Champagnat él estaba cursando el último año y se graduó de profesor, como sucedía con varias generaciones de jóvenes, hasta la creación de la primera Universidad de Tacna.
De baja estatura y en ese tiempo un caminar siempre apurado, cargaba libros y cuadernos bajo el brazo para llegar a tiempo a Radio Tacna, donde conducía un programa de música romántica en el que recitaba sentidos poemas dedicados a veces a una linda muchachita de ojos color del tiempo.
De ahí salía otra vez apurado para llegar a la redacción del Diario Correo, donde escribió las primeras de miles de carillas que se convertían en noticias o comentarios de todo tipo.
Es de los periodistas que adoptó en serio la profesión y tuvo que escribir de príncipes y mendigos, de reinas de belleza y de asesinos despiadados, de gente sabia y también de analfabetos, de artistas y deportistas, de todo lo que hay en la vida.
Saltó a la redacción de Correo de Lima a donde llegaban migrantes de toda la cadena de la Empresa Periodística Nacional, que fundó Luis Banchero Rossi. De Tacna, Arequipa, Huancayo y Piura.
Vivió varios años en un departamento de un gran edificio ubicado en la avenida Venezuela, en pleno centro de Lima, donde su hermana preparaba un delicioso picante.
La expropiación de los diarios durante la dictadura de Velasco, significó un terremoto para los periodistas y supongo algo tuvo que ver con su decisión de pasar a la redacción del diario La República y después a distintas entidades como el Colegio de Abogados o Petroperú.
Entre otros cargos dentro del gremio fue elegido Decano del Colegio de Periodistas de Lima, que desempeñó con la calidad que lo caracteriza.
Regresó a Tacna para seguir haciendo periodismo, con toda la experiencia de una vida dedicada a buscar la noticia. Ahora ya camina lerdo, como el de la canción de Piero, como perdonando el viento.