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sábado, noviembre 23, 2024

GUSTAVO LIENDO PORTOCARRERO

La amistad con “Gusta”  es de la infancia, de antes de terminar la secundaria en el Colegio Champagnat, de cuando su padre era el médico de la familia, de celebrar su cumpleaños en su casa de la cuadra 9 de la avenida Bolognesi en Tacna, de cuando se podía ver el río Caplina en medio de la avenida.

Su madre, la señora Yanira, fue una de las más entusiastas para la creación de la secundaria en el colegio 982 y sus hermanos César “Cheche” y Cecilia me acogían con cariño cuando los visitaba en su casa de la calle Almagro en Jesús María.

Los dos hermanos estudiaron medicina en la Universidad de San Marcos y fue Gustavo quien me animó a presentarme a esa universidad, que no estaba dentro de mis planes personales.

Una vez egresado, Gustavo le dedico su vida al Hospital Edgardo Rebagliatti donde llegó al cargo de Director y se esforzaba por atender a todos los que llegaban en busca de especialistas que son tan escasos en provincias.

Tiene una memoria enorme que recuerda todos los nombres, apellidos, fecha de nacimiento y nombres de los padres de todos sus compañeros de estudios. Esa memoria seguramente le ayudó a convertirse en un brillante profesional.

Son los valores cristianos los que caracterizan la vida de un médico que, a diferencia de muchos de sus colegas, entendió su profesión como un apostolado al servicio de las personas que necesitan ayuda para reponer su salud.

Se casó con Ana María y tiene dos hijos que siguen sus pasos como médicos. Ahora se dedica a la atención de pacientes en un consultorio particular y a la docencia universitaria.

 

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