Resulta hasta atrevido escribir poesía o publicar crónicas en la tierra de Federico Barreto y eso es lo que hace Fredy desde hace más de medio siglo, con el éxito que sus lectores, entre los que me encuentro, sabemos premiar con expresiones de agradecimiento que es lo que intento en esta nota.
Y es que está celebrando las Bodas de Oro de su columna “Rumor del Caplina” que publica semanalmente en el diario Correo y que he seguido puntualmente desde su nacimiento.
La constancia, disciplina, puntualidad e imaginación que se necesita para una tarea de esta envergadura tiene que ser muy grande y generosa y eso es característica de un amigo que conozco desde la infancia, del barrio de la Av. Bolognesi, frente al mercado, de la recova que tantas veces menciona.
Comenzó esta aventura mucho antes de Correo, siendo niño cuando ensayaba poesías a su tierra y luego incursiona en el cuento y la crónica periodística, que no son lo mismo, aunque otros los confunden.
Publica poemarios, numerosos, emocionados y emocionantes, como deben de ser y más adelante escarba en la historia para rescatar hechos y personajes que son parte de la identidad de un pueblo que siente la confianza de contar de con héroes dedicados con cuerpo y alma a esa tarea.
Fue el perfecto anfitrión, junto a Luis Cavagnaro Orellana, de las visitas que realizaba a Tacna el ilustre paisano Jorge Basadre, el Historiador de la República, de quien más de un consejo ha sabido aprovechar.
Hace poco presentó su último libro “Tacna en 1931 y otras crónicas” ante un gran auditorio del Club Unión repleto de gente que lo quiere y admira. Es el afecto de la gente el mejor premio que agradece, más incluso que los múltiples reconocimientos que diversas instituciones suelen otorgarle.
El Cronista de Tacna es incansable y sigue produciendo ahora nuevos poemas, historias y rumores del Caplina, que aguardamos con ansia todos los fines de semana.