No tiene sentido adelantar elecciones con los mismos cuestionados funcionarios responsables de los organismos que conforman el sistema electoral.
Si efectivamente van a adelantar las elecciones deberían comenzar por remover a aquellas personas sobre las que pesan sobradas dudas y sospechas de actos irregulares y decisiones arbitrarias que cerraron el paso a algunos candidatos y abrieron las puertas de la impunidad a varios otros.
Están tan involucrados que nunca se les ha escuchado decir por ejemplo que no es posible adelantar las elecciones porque eso viola la constitución de la república, sería ilegal, no procede.
Han movido los plazos que se necesitan para llevar adelante y con normalidad un proceso que garantice transparencia y el cumplimiento estricto de las leyes electorales. Hablaron de un año, 270 días, cuatro meses y como en el mercado, un regateo que aumenta las dudas sobre ellos.
Y en eso también están comprometidos organismos como el poder judicial que bien podría remover a Salas Arenas o la Junta Nacional de Justicia a los jefes de la Onpe y del Reniec.
Prefieren que la presión mediática se traslade únicamente al congreso, donde varias veces se han pronunciado formalmente y con votos, contra el adelanto que quiere imponer la izquierda radical.
Los rojos son minoría y quieren nuevas elecciones para cambiar la correlación de fuerzas, alentados ahora por un triunfo sobre el que pesan sobradas dudas y la posibilidad de haber aumentado sus registros partidarios con las últimas asonadas callejeras.
La mejor manera de adelantar las elecciones es comenzar por remover a los jefes de los organismos electorales y practicar una auditoría que finalmente descarte maniobras como aquellas que sacaron de carrera a varios partidos políticos y permitieron la participación de agrupaciones inscritas de manera fraudulenta, hasta hay juicios por eso.
Adelantar las elecciones no impedirá que sigan ocurriendo actos violentos como el bloqueo de carreteras, ataques a aeropuertos y atentados contra la propiedad pública y privada. Eso acabará el día que decidan hacer respetar las leyes y encarcelen a los terroristas.