Nada tienen que ver las últimas medidas de aislamiento social dispuestas por el gobierno al dicho que vincula el mes de febrero con algunas enfermedades mentales, aunque usted no lo crea.
Asociamos febrero a la celebración del día de San Valentín, el día de los enamorados y existe toda una movilización comercial alrededor de esta celebración, como en el día de la madre.
San Valentín fue un sacerdote sentenciado a muerte el 14 de febrero del año 270 por celebrar matrimonios secretos cuando el emperador Claudio II los había prohibido, creía que los jóvenes solteros eran mejores soldados que los casados.
Y aunque por culpa del amor muchos llegan a perder la razón, eso nada tiene que ver con vincular al segundo mes del año con locos, con dementes.
El origen del nombre febrero tiene que ver con la fiesta de Fabrua, de la purificación, cuando los sabios depositaban ofrendas a las almas de los muertos. El emperador Numa Pompilio lo dedicó a aplacar las iras del Dios Plutón.
Febrerillo loco, marzo ventoso, abril lluvioso hacen a mayo florido y hermoso, es un dicho español que tiene que ver con el comportamiento del clima en ese país.
En el Perú, con un clima distinto, dedicamos los últimos días de febrero y primeros de marzo a la fiesta de los carnavales, previos a la cuaresma católica, en los que acostumbramos jugar con agua y harina, junto con bailes costumbristas.
El dicho febrero loco tiene sus raíces en el comportamiento del clima y la diversidad de fenómenos meteorológicos que se producen este mes, con los cambios bruscos de temperatura, como que ayer pudo ser de intenso calor y dos días después podemos sentir frio durante todo el día.
El año pasado tuvimos un febrero de 29 días, fue bisiesto, es el único mes que cambia su cantidad de días, cada cuatro años.