Tres son las razones que alimentaron ayer el rumor de un inminente golpe de Estado para sostener en el gobierno a Pedro Castillo y eludir a la justicia que lo investiga y quiere procesar por encabezar una presunta organización criminal.
La primera fue la sorpresiva renuncia del ministro de Defensa, Daniel Barragán, oficial en retiro de la Fuerza Aérea que ocupó el cargo desde fines del pasado mes de setiembre, en reemplazo de Richard Tineo, que pasó a Transportes y Comunicaciones.
La segunda razón tiene que ver con un supuesto informe reservado entregado al jefe policial de la región Lima, que señala que un grupo de reservistas pretende tomar la sede del congreso en las próximas horas.
La tercera razón tiene que ver con un conjunto de mensajes de texto que circularon por las redes sociales especulando sobre los motivos que dieron pie a las dos anteriores.
Tan fuerte fue el run run que el presidente Pedro Castillo rechazó que su Gobierno esté tramando cerrar el Congreso de la República para evitar la vacancia presidencial. Fue después que los congresistas Anderson Ramírez y José cueto afirmaran que el gobierno pretende un golpe de Estado.
Además, el consejo de ministros llegó a pedir no especular sobre un supuesto quiebre institucional mientras algunos congresistas pidieron la presencia del ministro renunciante.
Concluyo que la visita de una delegación de alto nivel de la OEA únicamente sirvió para atizar la hoguera de la política peruana al adelantar el contenido de un informe sesgado en favor del gobierno de Pedro Castillo, renunciando obscenamente a un mínimo de objetividad que recoja siquiera un breve comentario sobre las graves acusaciones de corrupción que motivan el enfrentamiento político.