Diana Díaz se llamaba una chica muy simpática, delgada, silenciosa, participaba en el escenario en los shows infantiles y también hacía de operadora de control de emisión.
La princesa Didí, es una de las varias muchachas que tuvieron un rápido tránsito por Radio Bethel y su franca sonrisa, dueña de una bella dentadura, se hizo extrañar el día que buscó nuevos rumbos laborales.
Ana Belén Avalos era una periodista preocupada por temas ambientales e ideó un programa en el que desfilaban funcionarios de algunas entidades del Estado y organismos no gubernamentales, dedicados a prevenir y evitar daños como consecuencia de desastres naturales.
Los temas de prevención encontraron una ventana para advertir y aconsejar sobre la mejor manera de actuar en caso de sismos, incendios, inundaciones y esa larga lista de calamidades que suelen castigar a los peruanos.
Y Blanquita Maraví era una linda muchacha que alegraba a todos con su buen carácter. Una mañana muy temprano, al saludarla le dije:
– Dieciocho los ojos que te ven… y estalló en carcajada.
– Serán dichosos, respondió risueña.
Formaba parte de un trio musical que sorprendía por sus buenas voces en las veladas cristianas en diferentes auditorios.
Las tres fueron llamadas a formar nuevas familias y contrajeron matrimonio hace poco, una de ellas incluso durante la emergencia sanitaria. Las recuerdo siempre con el mismo afecto y desde aquí hago votos por la felicidad que se merecen.