Creo haberme referido anteriormente a esta misma frase, este mismo dicho, que cuando menos merece una breve explicación, ¿de dónde sale eso del recaudo?
Cuando comienza el sismo, un temblor, todos buscamos pronto ponernos a buen recaudo, queriendo explicar que buscaremos un lugar seguro, protegido, libre de peligros.
Lo mismo sucede si estamos en alguno de esos lugares en los que de pronto se desata una fuerte lluvia y rápidamente buscamos guarecernos, ponernos a buen recaudo.
Y decimos lo mismo cuando la policía captura a un delincuente y con sus respectivas marrocas es puesto a buen recaudo, tras las rejas para que no escape.
Lo mismo sucede cuando el delincuente siente pasos que lo persiguen y puede caer en manos de la ley, entonces se esconde, se pone a buen recaudo.
A buen recaudo significa libre de riesgo, seguro, exento de peligro, en buenas manos, bien cuidado.
Los perros como las ardillas suelen esconder alimentos para disfrutarlos en otro momento, los ponen a buen recaudo.
El recaudador principal en nuestro país es la SUNAT, Superintendencia Nacional de Administración Tributaria y a lo largo del tiempo se llamó recaudador al encargado de cobrar los impuestos y de tomar las precauciones para que lleguen a su destino, a las arcas del rey, virrey o del Estado.
Poco tiene que ver la gestión tributaria con la operación policial y menos con la prevención de desastres, ni la previsión de perros y ardillas ahora todo eso unido por esos giros caprichosos que con el tiempo adopta el significado de las palabras.
Esconderé este comentario de los lingüistas que seguramente tendrán una mejor explicación así que mejor me pongo a buen recaudo y lo guardo entre mis amigos.