Me sorprendió el taxista que hace poco me llevó de Tacna a Ilo y cuando apenas al comenzar el viaje de poco más de una hora se puso a cantar a viva voz. Primero pensé que había puesto el volumen del radio muy alto, hasta que me percaté que era él quien entonaba las canciones.
Y no contaría la anécdota si es que no fuera que en los últimos días vuelvo a experimentar la misma situación en otros dos taxis, como si los cantantes se hubiesen puesto de acuerdo para hacer más grato el viaje en el congestionado tránsito de Lima.
El último de los casos me ocurrió ayer y repuesto de la sorpresa pude usar rápidamente la grabadora del teléfono celular para compartir la experiencia a quienes conté lo que me estaba sucediendo y se mostraban incrédulos.
“Si me dices: que me vaya, yo me voy
Pero mi alma vivirá en tu habitación
Te dije, te digo y te diré
Que te quiero más que nadie y te querré
De la forma que tú quieres que te quiera”
Es parte de la letra de una canción de Manolo Galván con la que empezó el show del último taxista. Continuó con
Dejaré mi tierra por fin
Dejaré mis campos y me iré
Lejos de aquí
Cruzaré llorando el jardín
y con tus recuerdos partiré lejos de aquí…
De Nino Bravo y luego regresó con otra composición de Manolo Galván:
El lamento de tu voz al partir
En mi alma se grabó dice así
Un vació sin igual, yo me pongo a recordar ese llanto de tu adiós en mi corazón.
¿Cómo así puede suceder que en corto tiempo me toque tres taxistas cantores? Festejo la ocurrencia compartiendo tan agradable sorpresa. El último me preguntó si no le incomodaba su canto y le dije que no, que hacía mucho más agradable el viaje y le agradecí como a los otros por su entusiasmo.
Le paso la voz a mis colegas de la televisión. Tal vez puedan organizar un concurso de canto sólo para taxistas.
Háblame de los que has encontrado
En tu largo caminar
Cuéntame cómo te ha ido
No has conocido la felicidad…