Keiklin Liliana Cárdenas entró un día a la radio riendo y llenando de aire fresco los pequeños y encerrados ambientes de la emisora, se agotó el tiempo que ella misma se dio para corresponsal en Huacho y plantó su bandera de periodista inquieta y demostrar en Lima que se había preparado para mucho más.
Su compañera de estudios Flor Hidalgo también egresó con el grado primero de bachiller y luego de licenciada en Ciencias de la Comunicación, aunque su delgada figura y delicado caminar sugieren que pudo haber hecho carrera en el modelaje.
Ambas en su momento, hace algunos años, significaron un valioso refuerzo y significativo aporte para refrescar y renovar la programación de una emisora cristiana urgida de ideas y talentos que satisfagan la expectativa de un creciente público cautivo.
El uso del teléfono y los mensajes por internet promovían el intercambio con los oyentes, interesados en temas de orientación vocacional, promoción de valores cristianos, identidad familiar y el concurso de profesionales jóvenes interesados en colaborar en la búsqueda de respuestas a las múltiples necesidades de la población.
La confianza adquirida luego de cinco años de estudios profesionales les dio la solvencia para proponer nuevos programas, con nuevas ideas y esa cuota de entusiasmo que hace falta para sacar adelante iniciativas que significaron cambios para no caer en el tedio de rutinas que se agotan.
Keiklin y Flor encontraron en Bethel o muy cerca a la radio, la posibilidad también de cambios en sus vidas. Mientras Florcita, como le decimos todos, contrajo matrimonio con un ex servidor y gran amigo de la emisora, Keiklin desarrolló nuevas y más propuestas como la de promover y llevar espectáculos infantiles a los hermanos de lejanas provincias en todo el país.
Después de medio año de cuarentena sigo enviando y también recibiendo mensajes de saludo de estas dos grandes amigas y colegas que llegaron a la radio para inyectarle alegría, juventud y belleza.