No me imagino al presidente Castillo, con traje a rayas empujando una carretilla en la construcción del puente Tarata III sobre el rio Huallaga, aunque sea ese puente precisamente una de las razones por las que puede vestir el mismo traje que alguna vez usó Abimael Guzmán.
Sucede que el Jefe de Estado propuso “A las personas que delinquen, lejos de meterlas a la cárcel, donde seguirán en lo mismo, llevémoslos a lugares para que construyan puentes, carreteras y hospitales» en una reunión del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana.
Son varias las películas norteamericanas que muestran reclusos con trajes a raya construyendo la línea férrea hacia el lejano Oeste y Castillo imagina que siguen en lo mismo.
Hacer que los reclusos trabajen es una posibilidad que algunos aprovechan y efectivamente aprenden oficios o simplemente siguen haciendo lo que sabían hacer cuando eran libres.
Lo que dudo mucho es que Pedro tenga la fuerza suficiente para trasladar carretillas cargadas de materiales de un lado a otro, en la construcción de un puente, cuando sabemos que jamás ha trabajado en alguna obra de construcción civil.
Y lo del puente igual vale para las carreteras y hospitales que su gobierno no construye, con presos ni con gente libre, con ingenieros ni ronderos, con niños ni con grandes, con chotanos ni limeños. Con nadie. No construye porque no es lo suyo.
No puede amarrarse los zapatos debido a una dolorosa lumbalgia dijo algún ayayero y entonces dudo mucho que la misma lumbalgia le permita cargar carretillas, aunque así es como lo imaginan algunos que lo acusan y abren investigaciones fiscales.
La lumbalgia consiste en un dolor intenso en la región lumbar, en las últimas vertebras, hasta donde la espalda pierde su respetable nombre.