21.1 C
Lima
sábado, noviembre 23, 2024

¿Y DESPUÉS QUÉ?

Por Antero Flores-Araoz

De las muchísimas virtudes que adornan a los peruanos, mucho se ha escrito, por lo que no me referiré a ellas, pero si a alguno de nuestros defectos, como por ejemplo anclarnos en el día a día sin apreciar y programar el futuro.

Pocos días atrás, un buen amigo Luis Vega Erausquin, me hizo recordar una de las frases que siempre decía Luis Bedoya Reyes a los dirigentes de su partido: “piensa en el día siguiente”. ¡No le faltaba razón!, no podemos atornillarnos en el presente sin pensar en el futuro y los diferentes escenarios pueden presentarse, a fin de seleccionar alguna de las opciones que pudiesen ser convenientes y accesibles.

¿A qué viene todo ello? Pues muy sencillo, a la actitud de quienes están en la actividad política, dentro y fuera del Parlamento, así como a quienes ejercen liderazgo en otras actividades. Se machaca y machaca que quien jefatura en la actualidad a la Nación debe renunciar al cargo, o debe ser vacado, o debe ser inhabilitado, dando vueltas y vueltas sobre las diferentes posibilidades que permite la Constitución.  No hablo de “golpes” ni nada que se le parezca, pues ello está proscrito de nuestro ordenamiento jurídico, además que más temprano que tarde se tendrá que rendir cuentas por ello con sus consecuencias.

Empero, no se escucha ni raciocinios ni opiniones respecto a lo que se debería hacer después, a lo que podría suceder con el país, a lo que nos llevaría la toma de difícil decisión y así por el estilo.

Más allá del simplismo de pensar que la Ley de Leyes ya señala que es el o la vicepresidente quien asume la jefatura del país, olvidan que la vicepresidenta, tiene motivaciones para ser vacada, lo que obliga con más preocupación a otear bien el futuro.

Lo que vemos en la otra acera del oficialismo es preocupante, siguen las divisiones y los egos, anteponiendo intereses partidarios o de grupo a los de la patria. Sabiendo los peligros que el futuro plantea y que no hay contendores mancos y menos que ya habiendo “gozado” del poder estén dispuestos a no recuperarlo, el camino lógico de la actual “oposición” debería ser la unidad, para lo cual hay que conversar, concertar o como prefieran llamarlo.

La falta de voluntad para llegar a acuerdos políticos ha generado ya la presentación de innumerables listas para las elecciones regionales y municipales, cuatro diferentes listas para la mesa directiva del Congreso y pudiéramos agregar variados items.

Pero no se trata solo de ponerse de acuerdo respecto a las personas que llevarían las riendas de sucesión política, en caso de que ella se diera, sino en definir lo que se tendría que hacer para regresar a la senda del crecimiento y desarrollo de la que hemos sido actores durante tres décadas.

Tampoco se puede dejar de atender las invitaciones a conciliar, así provengan de los contendores, siempre que no se trate de sustituir “moco por baba”, así suene duro.

 

Mas leídos

GENIO Y FIGURA HASTA LA SEPULTURA

AL FILO DE LA NAVAJA

COMERSE A ALGUIEN CON LOS OJOS

IR DE PUNTA EN BLANCO

Artículo anterior
Artículo siguiente