Hace casi un siglo fue capturado y procesado Al Capone, el criminal más grande en la historia de los Estados Unidos, el más sanguinario sobre el cual se tejieron una serie de episodios que forman parte de la historia del crimen mundial y fue encarcelado por no tener las cuentas claras.
Alphonse Gabriel Capone , Al Scarface Capone fue un gánster que tenía cicatrices en el lado izquierdo de su rostro producidas por cortes de navaja sufridos en alguna gresca que tuvo en sus inicios delictivos.
Su salto a la notoriedad fue luego de la Matanza de San Valentín, cuando los capos de bandas rivales murieron acribillados en un garaje y se convirtió en el único cabecilla del crimen en Chicago.
Otro fue el caso del asesinato de tres de sus compinches, durante una cena, a los que sorprendió y golpeó con un bate de béisbol luego de descubrir que participaban en una conspiración para matarlo.
El imperio de Al Capone dominaba el tráfico de licores durante la ley seca, era dueño de numerosos bares, almacenes, flotas de vehículos, barcos, casinos, hipódromos, burdeles, hoteles y empresas de servicios conexos.
La justicia norteamericana no lo alcanzaba debido a que contaba también con un ejército de abogados que se encargaba de resolver los problemas ahí donde no podían antes los policías ni políticos que tenía comprados.
Eliot Ness y sus colaboradores, “Los Intocables” encontraron recibos de grandes sumas de dinero que relacionaban a Capone con ingresos del juego ilegal y de testaferros. Ahí había evasión de impuestos, la prueba que hacía falta para procesar al criminal.
Traición a la patria es uno de los pocos motivos por los cuales puede ser suspendido un presidente de la república en el ejercicio de sus funciones.
Los otros seis o siete casos que investiga la fiscalía están limitados a quedar en eso, en investigación y punto. No lo pueden acusar hasta el término de su mandato, dicen los abogados.