César Quincho Córdova y Luis Danilo Santos eran dos de los principales puntales de los programas de noticias de Radio Bethel, de antes de la pandemia. Ambos tuvieron que dejar a un lado las noticias para entrar a un plan de sobrevivencia, como ocurre con varios millones de peruanos.
Comenzaron en el periodismo en Huancayo, gracias a sus voces calificadas como “radiofónicas” y mientras César abandonó la trasmisión de partidos de fútbol, carreras de autos y encuentros de box, Luis Danilo dejó en Huancayo la crítica a los alcaldes y otras autoridades incómodas con la libertad de prensa.
Ambos son periodistas hechos en el trajín diario de las noticias, testigos de los acontecimientos que conmueven, sacuden, impactan y despiertan el interés de poblaciones que no llegan a acostumbrarse a un sistema de gobierno que margina a los más pobres, encarcela al ladrón de billeteras y solapa la corrupción de los millonarios.
César y Luis Danilo se divierten y ríen cuando los encuentro conversando y les digo en voz alta “Este domingo, domingo, domingo, domingo……” debido a que algo tuvieron que ver alguna vez con la grabación de spots, para promocionar espectáculos, de esos que ahora se extrañan en la carretera central.
Hace varios meses están rascando el concolón, la suspensión perfecta les hace medir hasta el último centavo, están atentos a que nadie de su entorno se resfríe, oran todas las mañanas para que acabe esta peste.
César se había casado hace poco con una guapa ayacuchana con quien tiene un hijo pequeño y Luis Danilo se felicita a sí mismo por no haber contraído mayores obligaciones que podrían haberlo puesto al borde del abismo.
Volver a lo que hacían antes de Bethel no es tan sencillo, la crisis económica quebró la mayor parte de los negocios y el periodismo camina a tientas, como abriendo camino en medio de una nebulosa. En dos palabras: apuros laborales.