Con 71 votos a favor, 28 en contra y 12 abstenciones, la titular del sector Trabajo y Promoción del Empleo, Betssy Chávez, tendrá que dejar el cargo debido a que fue censurada por el parlamento nacional.
“También hay una izquierda bruta y achorada” fue la expresión suya que la apartó del grupo de congresistas seguidores de Vladimir Cerrón, algunos de los cuales le dieron ayer la espalda y precipitaron su caída.
Betsy acumula varias otras denuncias, como haber aprobado la huelga de controladores aéreos que causó fuertes pérdidas a las empresas del sector turismo, en plena semana santa.
Otra denuncia que nunca pudo descartar fue plagiar en su tesis de grado y abrió las puertas de la sospecha sobre títulos profesionales del cogollo gubernamental, incluido el presidente de la república.
Su censura, que es una victoria de la oposición, rescata en parte el castigo que pende sobre malos ministros, algunos de los cuales se salvaron cuando cuatro fueron cambiados el domingo en rápida y sorpresiva decisión presidencial.
La oposición no tiene votos para vacar al presidente, pero si para censurar ministros y el ejercicio de esta prerrogativa es la mejor forma de decirle al gobierno que pare la mano, que no se exceda con nombramientos descabellados, que se olvide de nombrar ministros incompetentes, que no maltrate al país, que no destruya las fuentes de trabajo, que respete la meritocracia, que a ministros deben llegar los mejores, no cualquier ayayero afanoso.
Betsy Chávez es congresista por Tacna y junto con Nieves Limachi Quispe (la de la bandera) forma el dúo perfecto de incompetentes, incapaces de enhebrar una propuesta en favor de mi tierra, de la ciudad de Tacna.
Da la impresión que se pusieron de acuerdo para, cada una por su lado, exhibir en la misma semana el ridículo del que son capaces, que es lo que saben hacer mejor y dejar por los suelos el nombre de mi querida Tacna.