La fundación de Ilo ocurrió el 21 de agosto de 1548, pero la fecha que más celebran es el 26 de mayo, como mañana, cuando recuerdan su elevación a la categoría de provincia ocurrida en 1970.
La llegada a mediados del siglo pasado de la Southern Peru Copper Corporation cambió la vida de lo que hasta entonces era una caleta de pescadores, para comenzar a transformarse en el gran puerto industrial del sur del Perú, que es el futuro que le reserva el destino.
Primero fue la fundición de los concentrados que llegan desde Toquepala, luego la refinería y las plantas para fabricación de harina y aceite de pescado y confían en un cercano mañana la irrigación de sus lomas que florecen con la humedad y reclaman agua para producir alimentos.
Ilo también confía será el último tramo del gasoducto del sur que podría dar vida a una gran planta de fertilizantes que el Perú y esta parte del continente reclama.
Pronto verán la salida de concentrados de la mina de Quellaveco, que junto con Cuajone siguen transformando una región que durante muchos años aguardó pacientemente la oportunidad de desarrollo soñada por sus hijos.
Una distribución más justa del canon minero y las regalías es lo que de maneras inmediata podría facilitar la solución de necesidades urgentes. El grueso de esos ingresos se queda en la capital Moquegua y en otras provincias de la región.
Ilo es la meta de los exportadores bolivianos y brasileños que ven en esta zona el futuro de una región llamada a crecer también en los campos de la industria y el turismo.
Un fuerte abrazo para mis amigos de Ilo en este aniversario, con el deseo de nuevos y merecidos éxitos en su camino a ser el gran hub portuario del continente sudamericano.