Son tantas las situaciones que suceden en nuestro país que ponen en evidencia que lo obvio no necesariamente se asume como tal. No todo lo obvio deviene en evidente.
+ Que en las elecciones internas del partido político seas candidato único y pierdas frente a los votos blancos y nulos, debería significar que no puedes, César Acuña, ser candidato al gobierno regional de La Libertad. Obvio. ¿Evidente?
+ «Seguro ya vas a dormir y, cuando duermas, quiero que pienses en mí, que te sueñes conmigo, que sueñes en todo lo que hacemos. Y que lo hagas parecer real. Solo recuerda que te quiero, te extraño y te quiero a mi lado. Un beso grande» significa, Martín Vizcarra, que tienes una relación sentimental con una señora que no es tu esposa. Son cuernos. Es obvio.
+ “PERÚ LIBRE es una organización de izquierda socialista que reafirma su corriente ideológica, política y programática. Para ser de izquierda se necesita abrazar la teoría marxista y bajo su luz interpretar todos los fenómenos que ocurren en la sociedad” dice el primer párrafo del ideario y programa de Perú Libre. Son rojos, obvio.
+ La comisión auditora de la Universidad César Vallejo que investigó la tesis de maestría del presidente Pedro Castillo y su esposa concluyó que hay 43% de similitudes. Entonces hubo plagio y no se puede concluir en algo distinto. Como que dos más dos son cuatro. Es evidente.
+ Los casos de plagio en las tesis del presidente Castillo, de la ministra de trabajo Betssy Chávez Chino y del ministro de educación Rosendo Serna no merecen ningún pronunciamiento de la Superintendencia de Universidades SUNEDU. Es como decían a la ex fiscal, Shakira: ciega, sorda y muda. Obvio.
+ Quieren asamblea constituyente para quedarse eternamente en el poder y convertir al Perú en un país pluricultural, con enfoque de género, indigenista, maximalista, ambientalista y con privilegios para todos estos grupos incluyendo las diversidades sexuales, pro aborto y restringir las libertades de prensa y de empresa. Es evidente.
+ En este gobierno hay dos tipos de corrupción. La que se cocinó en Sarratea y la que se cocina en Palacio de Gobierno. Los fiscales transitan con temor por esos senderos minados de bombas altamente explosivas. Prefieren caminar de puntillas, tiptoe. Obvio.