No solo militares accedieron a terrenos de la Comunidad Campesina de Paiján. Afortunadamente también podemos encontrar agricultores y ganaderos que, con poca plata pero mucho trabajo y entusiasmo, le extraen enormes beneficios a esas tierras generosas, que serán también beneficiadas el día que lleguen por ahí las aguas del proyecto Chavimochic.
Mientras tanto, se las arreglan con los pocos pozos y recursos hídricos de la zona.
Uno de estos entusiastas campesinos es don Víctor Manuel Trujillo Díaz, ganadero, agricultor y pionero en la región en la crianza de codornices. Junto a algunos de sus muchos hijos tiene un negocio de exportación de huevos de codorniz, en Lima.
En Paiján cuenta con unas pocas de estas aves egipcias, suficientes para abastecer el mercado regional y los pedidos que eventualmente le hacen empresas e instituciones de la zona.
Con apariencia de charro mexicano, de gruesos bigotes y sombrero de ala ancha, Víctor Manuel tiene cerca de 70 años de edad y se resiste a viajar a Estados Unidos, a donde lo quieren llevar sus hijos mayores. Prefiere gozar del calor que le brindan sus vacas, chanchos, patos y codornices, que lo mantienen ocupado el día entero. Les prepara alimentos balanceados, en base a lo que el mismo cosecha.
Sin embargo, el mayor problema que afronta en su terco propósito de hacer producir tierras que hace pocos años estaban abandonadas, es la irresponsabilidad de malos funcionarios y autoridades que permitieron inscribir irregularmente dos títulos de un mismo terreno, convirtiéndose no solo en una pesadilla para las víctimas, sino en sistemático procedimiento que termina por despojar de sus tierras a quienes con mucho esfuerzo y sacrificio las hicieron productivas.
Como Trujillo Díaz existen otros campesinos que claman justicia y piden les devuelvan tierras que alguna vez les pertenecieron, pero de las que fueron sacados a la fuerza por matones contratados por inescrupulosos traficantes.
Lo de Paiján merece atención preferente del Poder Judicial. Los indicios de irregularidades han sido tratados por medios de comunicación capitalinos, desencadenando algunas reacciones positivas. Pero todo un mar de fondo demanda la atención de las autoridades regionales. La Industria 28-02-01