La sección “Eventos” de la revista del Foro de São Paulo (FSP), América Libre, contiene una transcripción de intervenciones realizadas en mesas de trabajo, donde se discutió el rol de las Fuerzas Armadas. Allí queda claramente plasmada la perversa concepción que tienen los integrantes del FSP sobre las FF.AA. latinoamericanas.
Los integrantes del Foro de São Paulo consideran que las Fuerzas Armadas son un instrumento de dominación de los bloques dominantes.
Según esta distorsionada opinión, se requiere de una nueva concepción -un nuevo modelo- para las Fuerzas Armadas, a fin de amoldarlas a los objetivos del socialismo. El documento es explícito, en cuanto a la necesidad de controlar las instituciones armadas para asegurar el poder de la izquierda en la región.
De estas definiciones se desprende que las Fuerzas Armadas latinoamericanas -tal como están concebidas en la actualidad- deben ser destruidas, o transformadas en otro tipo de instituciones, para que funjan como brazo armado de la revolución, con el único objetivo de asegurar la permanencia en el poder de los abanderados del socialismo.
Pero aparte de esta motivación, hay otra, aún más preocupante y peligrosa. Además de ser una corriente política, el Foro de São Paulo es una mafia criminal, que sirve de vaso comunicante para los llamados “imperios transversales”, como lo son el narcotráfico, el terrorismo y el tráfico de armas.
Se les denomina imperios, por el enorme poder que ostentan y por las multimillonarias cantidades de dinero que manejan; y se les llama transversales, porque no pertenecen específicamente a un territorio, sino que se comunican, desplazan y movilizan a lo largo y ancho del globo, prácticamente sin ninguna limitación.
Aun así, los imperios transversales necesitan de espacios determinados en los cuales materializar dichos negocios, y los integrantes del Foro de Sao Paulo se los proporcionan, generándose así una simbiosis del mal, en la que todos los participantes obtienen un importante rédito.
Todos los integrantes del Foro de São Paulo -apelando a la máxima: el fin justifica los medios- son, en el mejor de los casos, permisivos con los imperios transversales del crimen; y en el peor de los casos, se transforman en uno de ellos.
El ejemplo más evidente lo constituyen las FARC, que dejaron de ser una simple guerrilla con fines políticos, para convertirse en el más poderoso cartel de la cocaína. La información contenida en los computadores y dispositivos electrónicos incautados a alias Raúl Reyes, durante la Operación Fénix, demuestra la relación que existe entre las FARC y los dirigentes políticos de toda América Latina que pertenecen al FSP.
La revista América Libre no esconde su rechazo a que los militares luchen contra el narcotráfico y el terrorismo; por el contrario, opina que el combate contra el narcoterrorismo es una mera excusa para golpear la revolución.
Estas dos motivaciones -transformar a los militares en brazo armado del socialismo, y neutralizar la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo- son de carácter supranacional. Eso explica que las Fuerzas Armadas estén siendo atacadas de manera casi idéntica en toda la región, pese a las diferencias ideológicas que existen entre los distintos gobiernos latinoamericanos.
El Foro de São Paulo no es la única organización que pretende desmantelar las Fuerzas Armadas, hay otras (enquistadas no sólo en América Latina, sino en Estados Unidos y Europa) que también quieren hacerlo. En este momento, el FSP constituye la amenaza más inmediata a la integridad de las FF.AA.
Esperamos sinceramente que analistas de otros países decidan incorporarse al esfuerzo de develar el complot que existe para aniquilar a las Fuerzas Armadas de América Latina. De “El plan del Foro de Sao Paulo contra las Fuerzas Armadas”