Fue el lema de Enrique Chirinos Soto cuando pretendía una diputación que alcanzó en las filas del partido aprista. Las protestas de estos días son las protestas de todos, de los transportistas, comerciantes, agricultores, amas de casa, estudiantes y hasta de partidarios del gobierno, ministros y el presidente.
Estos últimos astutamente se suben al carro de los manifestantes, aunque las protestas claramente están dirigidas contra ellos, contra el gobierno y quienes lo dirigen y por eso que apedrearon la casa de Vladimir Cerrón. No estoy de acuerdo con la violencia ni el saqueo.
Lo que grita la gente en las calles es que se vaya el presidente Castillo o que se vayan todos, señalando así también a los congresistas. Todos sabemos que la guerra de Rusia con Ucrania es la que desató el alza de precios de los combustibles, que fue el detonante de un descontento que me recuerda a las protestas contra la dictadura de Juan Velasco Alvarado.
Los menores de 60 o 70 años no tienen idea de cómo se vivió en la década de los años 70 o saben muy poco de una realidad que la clase caviar, cómplice de la dictadura, se ha encargado de ocultar mañosamente como con la creación de la comisión de la verdad que nunca investigó los crímenes ocurridos en esos días.
Sucede que muchos “progresistas” se encaramaron al tren de la revolución para medrar como administradores de las empresas (todas) confiscadas, nacionalizadas, estatizadas que llevaron al país a la quiebra total.
Yo también echo gasolina al tanque de mi auto y quisiera que baje el precio, pero entiendo que el precio del barril de petróleo lo fija el mercado mundial, donde el Perú tiene una participación mínima, somos nadie.
Estoy de acuerdo con la protesta porque quisiera que se vayan todos los políticos de estos días, que nos regalan el triste espectáculo de las componendas, de vender la línea del partido a cambio de una licencia, la concesión de una obra pública, la vista gorda de un fiscal, el nombramiento de socios en las entidades que interesa funcionen de acuerdo a ciertos intereses, el perdón de antecedentes penales o luz verde para los negocios prohibidos.
Ahora tenemos ministros y altos funcionarios públicos con títulos y grados que no significan nada, son simples cartones que no aseguran ninguna formación, conocimiento o información, sólo son papeles.
Tu protesta es mi protesta y la solución pasa por convocar a elecciones generales, con nuevos responsables del sistema electoral, del JNE, la ONPE y Reniec. Si van a seguir los mismos, las protestas seguirán creciendo hasta que por cansancio lleguen a esta misma solución, nuevo presidente, nuevos congresistas.