El fugitivo se llamaba una serie de tv de los años 90 sobre la vida del doctor Richard Kimble, que huye luego de ser culpado por un crimen que nunca cometió. Eso parece inspirar la conducta de algunos personajes cercanos al gobierno cuando apenas comienzan investigaciones sobre su presunta participación en delitos.
¿Por qué puede huir alguien de la justicia si se sabe inocente, si no ha cometido ningún delito? Debe ser que se siente culpable.
El primer fugitivo de los amigos del gobierno es Arturo “Pinturita” Cárdenas, hombre de confianza del ex gobernador de Junín Vladimir Cerrón, mencionado numerosas veces en las escuchas legales realizadas por la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac) de la Policía, en las investigaciones del caso “Los dinámicos del centro”.
Huyó, escapó cuando estaban capturando a otros implicados en la mafia que cobraba coimas por licencias de conducir, entre otros trámites, en la oficina del ministerio de transportes y comunicaciones de Huancayo.
También fugaron el alcalde de Huancayo Juan Carlos Quispe Ledesma y del exalcalde de la misma provincia Henry López Cantorín, quién sería el presunto líder de la organización criminal «Los Tiranos el Centro». Extorsionaban a empresarios con las licencias municipales.
Tanto los dinámicos como los tiranos del centro son organizaciones criminales, mafias de coimeros ligadas al ex presidente regional Vladimir Cerrón, encargadas de recaudar fondos para la campaña electoral de Perú Libre.
Bruno Pacheco ex secretario general de palacio de gobierno, íntimo colaborador del presidente Pedro Castillo, salió a las redes para anunciar que estaba cansado de ser culpado por delitos que no cometió y dispuesto a confesar todo en la fiscalía.
Nunca se presentó cuando fue citado por el caso del puente Tarata III y al igual que Fray Vásquez y Gian Marco Castillo sobrinos del presidente, fugó desapareció de la escena como si la tierra se lo hubiese tragado.
Los policías están perdidos, no tienen idea a dónde fugan tantas personas sin dejar huella alguna. Los fugitivos son como el Dr. Richard Kimble que deambula por el mundo sin que nadie se dé cuenta, sin nadie que los pueda ver.