Crecí en las 200 casas, el Agrupamiento de Viviendas 28 de Agosto, que junto con las 100 casas, cuarteles y casas para militares marcó un hito en la historia de la ciudad, además de otras obras como el Hospital Regional, el aeropuerto, el estadio, las grandes unidades escolares hoy colegios emblemáticos, terminó la construcción de la catedral, pavimentó calles, avanzó en la construcción de carreteras y la canalización del rio Uchusuma.
Fue con motivo de la celebración de las bodas de plata de la reincorporación de Tacna al Perú que se produjo la inauguración de varias de estas obras, gracias a una inversión nunca antes hecha en ciudad alguna del Perú, ni tampoco después.
Para medir el impacto que tuvieron en el desarrollo de la ciudad, en proporción al número de habitantes, si algún presidente quisiera imitarlo en estos días tendría que aventurarse a construir un agrupamiento de 2 mil casas. En estos días 200 casas construyen empresas privadas con su propio financiamiento, sin requerir apoyo del Estado.
Los tiempos han cambiado, el Estado cuenta ahora con muchos más recursos que los existentes hace 68 años, pero concreta mucho menos obras, agota el presupuesto público en sostener una frondosa y voraz burocracia con una casta de ejecutivos privilegiados, cuyos cargos son vistos como el botín preciado de los políticos.
En 1950 estalló la guerra más sangrienta de la era moderna. Murieron tres millones de personas cuando se enfrentaron las dos Corea. La del Norte apoyada por Rusia y China y la del Sur por los Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados.
Existen dos Corea por decisión de Rusia y Estados Unidos que acordaron separar así la península, acabada la Segunda Guerra Mundial, trazando una línea en el paralelo 38.
Incursiones de Corea del Norte al Sur del paralelo desencadenaron el conflicto que a la larga resultó favoreciendo a Tacna. La guerra que amenazaba convertirse en otra de dimensión mundial demandó la fabricación de armas y municiones que en esa época requerían de grandes cantidades de cobre.
El general Manuel Odria gobernó entre 1948 y 1956. Los dos primeros años encabezando una junta militar que derrocó a José Luis Bustamante y Rivero con el pretexto de combatir el aprismo y los seis años siguientes gracias a una elección amañada.
Una misión norteamericana encabezada por Julius Klein le recomendó liberalizar la economía, se dio impulso al sistema de libre mercado, se procedió a la supresión de subsidios, libre cambio, desaparición de los controles y el equilibrio presupuestal. Debido a la demanda estadounidense, el valor de las exportaciones peruanas se incrementó dramáticamente. La construcción de la mina de Toquepala demandó millonarias inversiones, al igual que la mina de hierro de Marcona en Ica.
Con mejores presupuestos Odria emprendió una serie de obras públicas en todo el país, que significaron trabajo para miles de peruanos que se convirtieron en su principal sustento político.
Por distintas circunstancias el precio del cobre y otros metales alcanza en estos días del 2022 sus mejores registros históricos y es oportunidad para que se repita la experiencia que en materia de obras públicas no ha vuelto a ocurrir.
El Banco Central de Reserva acaba de advertir una peligrosa caída en cifras de inversión pública y privada que incidirá drásticamente en los registros del crecimiento nacional.
Tacna recuerda con cariño a Odria, independientemente de su cuestionada política autoritaria, por obras que siguen siendo testimonio de un gobierno que, con verdadero sentido patriótico, se acordó de un pueblo castigado duramente a lo largo de su historia.