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sábado, noviembre 23, 2024

LAS AZUCARERAS

Al comenzar el año dos mil en Trujillo, la relación que tuve con las empresas azucareras fue siempre de infinita curiosidad y es que la historia de Trujillo, La Libertad, del sindicalismo en el Perú, de la jornada de las ocho horas, de los pliegos de reclamos, de la revolución industrial, tiene que ver con los grandes complejos azucareros que en esos días vivían la incertidumbre de conocer las fórmulas que emplearían para resolver el entrampamiento que significó la reforma agraria.

 

Recuerdo del empeño y las ganas de cambiar la historia que mostraban los directivos de Laredo, que en base a la legislación del año 1996, fue adquirido por el grupo Manuelita, de Colombia y se transformó en Agroindustrial Laredo A.A.A. El cambio significó un acelerado proceso modernización, recuperación de tierras que habían sido abandonadas y aumento progresivo de la producción.

 

Pero la situación de Casa Grande, en esos días, mostraba signos dramáticos de una crisis que parecía no tener fin. Diversos acreedores buscando ventilar sus problemas y demandando un pago que sus administradores transitorios estaban impedidos de honrar.

 

Extensas áreas de cultivo habían sido abandonadas y la escasez de recursos económicos les dificultaba emprender la recuperación, los trabajadores jubilados mostraban el lado más dramático del fracaso de la demagogia revolucionaria. Los trabajadores activos reclamaban mejoras salariales y los conflictos internos llegaban hasta los tribunales de justicia en busca de una solución que generalmente había que cuantificar en soles no disponibles.

 

 

Actualmente es la azucarera más grande del país, con más de 30 mil hectáreas de superficie, forma parte del Grupo Gloria desde el 29 de enero del 2006 y a partir de entonces inicia el camino de su reactivación, después de un largo período de decadencia.

 

Anteriormente sus áreas cultivadas totalizaban 11 mil hectáreas, la molienda diaria llegaba a cuatro mil toneladas en promedio y la producción de azúcar era de 426 toneladas por día, pero hoy por hoy tiene más de 20 mil hectáreas cultivadas, su molienda diaria sobrepasa las nueve mil toneladas y la producción de azúcar bordea las 1,000 toneladas por día. Por su gran extensión, los campos de Casa Grande se controlan en tres divisiones: Roma con más de 6,000 hectáreas, Farías con alrededor de 5.500, Casa Grande con 6.500 y un anexo Chicamita con 2.000.

 

Cartavio también pasó a formar parte del Grupo Gloria desde el 3 de mayo de 2007 mediante la adquisición del 52% de las acciones a través de su subsidiaria Corporación Azucarera del Perú S.A. (COAZUCAR). El complejo está ubicado en la margen izquierda del río Chicama. El azúcar representa el 88.5% de sus ventas y el restante 11.5% corresponde a melaza, alcohol y bagazo.

 

Chiquitoy, en el mismo valle de Chicama, pasó también a formar parte del Grupo Gloria, en marzo del 2006 y sus 3, 200 hectáreas colindan con Casa Grande y Cartavio.

 

Los peruanos, no todos, dedicamos gran parte del siglo XX a condenar el latifundio y la historia nos está demostrando que ese sistema de propiedad hace factible la rentabilidad que no consigue el minifundio. Es por el lado del reconocimiento de los derechos laborales que se puede buscar reducir las desigualdades.

 

 

 

 

 

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