El mal tiempo se refiere a un periodo de dificultades que se presentan en la vida, a veces de manera colectiva y que no tienen que ver necesariamente con el comportamiento del clima ni la eventualidad de fenómenos de la naturaleza, que en el Perú abundan.
Se refiere más bien a inconvenientes que suelen aparecer de forma sorpresiva y que debemos hacerles frente que es la única y mejor manera de superarlos.
Eludir, escapar y pretender escondernos de los desafíos del destino resultará generalmente inútil y complicará la solución.
No hay que quejarse ante una mala situación, ni deprimirse, ni decaer ante los malos momentos y las dificultades; hay que tratar con buen ánimo de salir adelante y estar feliz.
Dar la cara a los problemas es como las personas formales, sensatas y responsables consiguen superarlos para salir adelante.
Poner buena cara no significa simular una sonrisa y estar bien peinado, se refiere a la actitud, a la disposición, a la manera cómo vamos a proceder, el tratamiento inteligente para revertir aquello que consideramos parte del mal tiempo.
Los médicos no me dejarán mentir y ellos saben muy bien que de la disposición del paciente por superar su dolencia depende en gran medida el éxito o fracaso del tratamiento.
Alas y buen viento, buen viento y buena mar, son dichos que conviene recordar en esas circunstancias, las del mal tiempo al que debemos poner buena cara, recuerda que Dios aprieta, pero no ahoga.