En Villa María del Triunfo una menor de edad murió por la caída de una piedra ocasionada por una explosión en una obra de Sedapal.
La empresa del agua de Lima responsabilizó al consorcio San Miguel, contratista encargado de las obras en la parte alta del Asentamiento Humano Virgen de Lourdes de Villa María del Triunfo.
En la explanada de la Iglesia de San Francisco un camión cargado de bolsas de cemento produjo un hundimiento al transitar por ese lugar, que una semana antes tenía un cerco con rejas que impedía pudiera ocurrir algo así y poner en peligro las catacumbas.
La Municipalidad de Lima culpó a la empresa contratista y anunció severas sanciones, sin hacer un mea culpa por su actitud negligente de remodelar la zona sin autorización de la Unesco, que es el organismo de las Naciones Unidas que reconoció la iglesia como monumento de la humanidad.
La municipalidad, desconociendo al organismo internacional que sugirió la construcción del muro derruido, se ampara en permisos del ministerio de cultura, que hasta hace poco promovía espectáculos dirigidos por Richard Swing.
En el colmo de los colmos, el alcalde dijo que “habría que mirar antes de cualquier intervención de la Municipalidad en el entorno de la Plazuela San Francisco, cuál era el estado de esas catacumbas. Yo tengo información de que no ha habido mucho cuidado por parte de la orden, pero ese es otro tema”.
Qué fácil echarle el muerto a los contratistas cuando son Sedapal y la municipalidad las primeras responsables de ambos “accidentes”. Atenta contra San Francisco y llama la atención a los curas que las construyeron y cuidan desde hace 500 años.
Las catacumbas de Lima son las más grandes a nivel sudamericano y las mejor conservadas. En su extensión, solo son superadas por las Catacumbas de París en Francia.