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domingo, noviembre 24, 2024

LIMA ENERO DE 1881

LIMA ENERO DE 1881

Saqueo, matanza, guerra de razas y Comuna

Se describen los sucesos acontecidos en Lima y el Callao tras los desastres de San Juan y Miraflores. Anarquía, caos y terror, saqueos, matanzas y combates, entre la tarde del 15 y la madrugada del 17 de enero de 1881, lapso durante el cual la sangre corrió en abundancia y se culpó a los «comunistas» de haber generado el desorden. Testimonios de observadores peruanos, chilenos y extranjeros aluden a ello, como también a la presencia protagónica de sectores lumpenescos; incluso hablan de una guerra de razas. Las pérdidas económicas se calcularon en dos millones de pesos y hubo varios centenares de muertos, sobre todo entre los chinos, cuyas casas y comercios fueron arrasados, y también entre el lumpen severamente reprimido por una numerosa Guardia Urbana, formada por residentes extranjeros, que aquietó la ciudad para que fuese tomada por los invasores chilenos. Un capítulo soslayado de la llamada Campaña de Lima.

Introducción.- El año 1881 empezó trágicamente para el Perú, porque el 13 y 15 de enero sufrió las derrotas de San Juan, Chorrillos y Miraflores, preludio de la toma de Lima por las tropas chilenas. Definitivamente, el desastre estaba previsto y fue el desenlace lógico de sucesivos errores del gobierno dictatorial de Nicolás de Piérola, quien, secundado por su ministro Miguel Iglesias, desoyó las recomendaciones hechas por militares de carrera sobre los preparativos de defensa y más bien trazó un dispositivo a todas luces vulnerable. 1880 fue un año perdido y la captura de Lima por Chile agudizaría las contradicciones internas en los siguientes.

Piérola fugó camino de la sierra de Lima, incluso antes de que se decidiera la suerte de Miraflores, sin dejar disposición alguna ni mando capaz de hacer frente en la capital a la grave situación creada. Con ese marco anárquico, Lima fue teatro de desórdenes de todo tipo entre el 15 y 17 de enero. Se sucedieron saqueos, matanzas y todo género de excesos, sin que apareciera autoridad alguna para contenerlos y sin que interviniesen las tropas chilenas, acantonadas ya cerca de la capital. Las crónicas de protagonistas y testigos de estos hechos señalaron, casi todos, que el caos fue provocado por los «comunistas», si bien cabe una explicación sobre qué se entendía entonces por comunismo. Se culpó también a los reservistas que huyeron en desorden.

Pero parece que quienes desataron los disturbios fueron sectores sociales al margen de la ley, numerosos en Lima, el lumpen proletariado que en otras ocasiones había tenido ya presencia notoria, como en el caso del asesinato de los hermanos Gutiérrez. Un episodio soslayado al hablarse de la toma de Lima, en el que incluso llegó a mencionarse la «guerra de razas».

(Publicación de Luis Guzmán Palomino, profesor de historia de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle). Desde el Sur | Volumen 12, número 1, Lima; pp. 97–125.

Piérola y sus hijas en La Punta.

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