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sábado, noviembre 23, 2024

EL SOL Y LA LUNA

A pocos kilómetros al sur de la ciudad de Trujillo, está el complejo arqueológico de El Sol y La Luna, dos enormes cerros que cuesta creer fueron construidos por la mano del hombre.

 

La huaca de El Sol, aún muy poco explorada, desde lejos semeja simplemente un cerro, pero de cerca se perciben vestigios de estos enormes muros de adobe, levantados seguramente para protegerse más que del desborde del río, del ataque de guerreros de tribus vecinas empeñadas en arrebatar su oro, su comida, sus mujeres.

 

Frente a esta huaca está La Luna, abierta a la visita de miles de turistas que en grupos pequeños recorren antiguos senderos hacia el interior de un mundo asombroso, misterioso y solemne, compuesto por ambientes decorados con figuras de personas, guerreros, animales y demonios, en distintos niveles bajo el suelo, que revelan la existencia de diferentes palacios sepultados uno sobre otro, para conservar los restos de sus primitivos gobernantes y de quienes los acompañaron cercanamente, hasta en la muerte.

 

No se puede conocer a ciencia exacta aquello que ocurrió en estos lugares, en la medida que el trabajo de arqueólogos e historiadores deriva en hipótesis que no necesariamente responden a una verdad científica y todo aquello que escuchamos en las visitas a los lugares arqueológicos, responde más a una explicación lógica de cómo fue eso.

 

 

 

No puedes visitar Trujillo sin haber estado en estos lugares de sorprendentes costumbres, de una civilización de ceremonias y ritos diferentes, de cuyos recuerdos seguramente también tenemos rastros en lo más profundo y remoto de nuestra propia existencia.

 

Hay tours turísticos que partiendo del centro de Trujillo aseguran una visita a este sitio arqueológico que únicamente puede ser valorado recorriendo pasillos por los que hace muchos años transitaron monarcas y sacerdotes, de unos templos de adoración a los astros, a los dioses, a la pacha mama, a los apus, al agua y al viento.

 

Los senderos, los caminos, escalones y peldaños, rampas y terraplenes son los mismos que usaron sus habitantes, pero ahora se les ha agregado barandas para facilitar el desplazamiento de las personas mayores y establecer límites a los menores. Si vas por Trujillo no te olvides de visitar estas huacas.

 

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