Para qué hacer las cosas bien si las puedes hacer mal, decía Luis Rey de Castro cuando descubría que alguno de sus colaboradores se había equivocado y era su forma de llamarle la atención.
Y eso calza con la manera como el ministro de salud está encarando la llegada de la tercera ola del coronavirus, en algunos aspectos de la misma forma equivocada como actuó uno de los ministros del lagarto para ganar el título de país que peor manejó la epidemia en el mundo.
Y las razones por la que observadores internacionales nos dieron ese feo galardón es por la cantidad de muertes por cada cien mil habitantes y por el desastre económico que ocasionaron las restricciones sanitarias.
Y como los seres humanos somos los únicos animales que podemos tropezar dos veces con la misma piedra, volvemos a tener restricciones que atentan contra la libertad individual, al cerrar todas las playas del Perú.
Todos fuimos testigos del desborde ciudadano en Navidad, en la playa de Agua Dulce, en la Costa Verde de Lima, cuando numerosas personas hicieron inútil el control de vacunación que intentaban serenos y policías.
Eso estuvo mal y peor que a partir de ese incidente particular se adopte una medida que restringe el acceso a todas las playas del Perú, del océano, ríos, lagos, lagunas y piscinas, de la costa sierra y selva.
Se comete una falacia cuando a partir de un hecho aislado se arriba a una conclusión general y el ministro no recuerda como son las playas de su calurosa Piura, espaciosas y jamás invadida por cientos de miles de personas, por muy alta sea la temporada de turismo, que no lo es.
Son playas casi desiertas en esta temporada de pandemia. Era cuestión que en cada distrito las autoridades locales procedieran según su mejor entender.
Este error del ministro Hernando Cevallos significa graves pérdidas económicas para miles de empresarios del sector turismo, que a duras penas creían se estaban reponiendo de anteriores maltratos. El afán controlista estaliniano es solo una de las muchas taras con las que cierta ideología cavernaria parasita en algunos glóbulos rojos.