La costumbre de entregar regalos a los niños que nace con la visita de los Reyes Magos a la cuna de Jesús de Nazareth, creció tanto, de tal manera, que algunas iglesias cristianas han llegado a querer borrar la Navidad de su calendario festivo y han fracasado.
Lenin, Stalin y Nikita Jruschov , por citar solo unos pocos, trataron de desaparecer la Navidad, con iglesias incluidas y también fracasaron. Tantas veces fracasaron que los marxistas buscaron otro camino, el de los comunistas cristianos que es una teoría teológica y política que sostiene que los primeros apóstoles fueron comunistas.
Durante las purgas de 1937 y 1938 en la Unión Soviética, los documentos de la iglesia registran que 168, 300 clérigos ortodoxos rusos fueron arrestados. De estos, más de 100, 000 fueron fusilados.
No nos engañemos si vemos rojos comulgando, golpeándose el pecho en la misa y cantando villancicos de Navidad. Pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben al ver al Dios nacido.
Todo esto responde a una teoría relativista de la religión. El relativismo rechaza la idea que la verdad sea una sola y sea objetiva, prefieren entenderla a partir de su contexto.
Y por eso ahora vemos lo que vemos con curas y pastores que reniegan hasta de la Navidad. Es cierto que el factor comercial ha desbordado los aspectos religiosos, pero ha llevado también el mensaje de cristiandad a sociedades que ignoraban el anuncio de paz y amor que trajo Jesús a este mundo.
Nadie exige a las personas que obsequien algo a sus seres más cercanos, los regalos a los niños son solo una manifestación más del amor hacia ellos y los mensajes navideños que inundan las redes sociales la mejor demostración que los seres humanos queremos creer que es cierto, queremos vivir con la paz y el amor que Cristo predicó.