Los inagotables escándalos políticos hicieron que pase casi desapercibido el campeonato del club de fútbol Alianza Lima, con el doble mérito de alcanzarlo luego de pasar por una de las crisis más graves de su historia.
El año 2020 resultaron penúltimos y fueron condenados a bajar de categoría, salir de la principal liga de ese deporte y tener que luchar en otra división para intentar volver a pisar los mejores estadios del país.
Sus dirigentes acudieron a instancias internacionales y el Tribunal de Arbitraje Deportivo les dio la razón en su reclamo contra la Federación Peruana de Fútbol y el equipo Carlos Stein, al que restaron dos puntos y fue el que finalmente descendió por incumplimiento de normas económicas.
La mayor parte de Alianza se había resignado a la baja, pero un fallo de la justicia deportiva los salvó y con un equipo diseñado para una liga menor arrancaron el torneo por el que lucharon con fuerza, rabia y vergüenza deportiva.
No querían repetir esa amarga experiencia y cuando estaban en la peor circunstancia deportiva que pudieran haber vivido desde su fundación en 1901, sacaron el equipo adelante y nos dieron a todos los peruanos una lección de valor frente a la adversidad.
Conversando con un viejo periodista deportivo me contó que es el resultado de un esfuerzo de todos, comenzando por sus dirigentes, verdaderos dirigentes, el equipo técnico, jugadores e hinchas. Todos estuvieron unidos en esta tarea que hoy los llena de orgullo.
Jefferson “Foquita” Farfán, en el tramo final de su brillante carrera, puso más que goles, la pasión por esa camiseta que le dio la oportunidad de tener una vida diferente.
Los aliancistas nos han enseñado a saber levantarse después de una gran caída, de luchar, aunque todo se vea adverso, a ponerse de pie por más hondo que puede ser el abismo, a saber convertir la derrota en triunfo y el desastre en una gran victoria.
El 2020 fue para ellos, más que para el resto del mundo, un año penoso que jamás olvidarán. Supieron lo que es perder y tener que pasar por la vergüenza del fracaso.
Este año 2021, que está por terminar, lo recordarán como el año en el que los dioses azules los levantaron de las cenizas para gritar que otra vez son campeones.
Felicitaciones amigos de Alianza Lima, esa es una lección que escapa a las canchas de fútbol, es una lección de vida que todos los peruanos, sin ser hinchas de este club, debemos agradecer.