El dicho pagar pato se suele aplicar a alguien cuando carga con la culpa de algo, siendo inocente.
Su origen es una expresión usada por los cristianos de los siglos XVI y XVII contra el pueblo judío para reírse y amenazar a los judíos. Porque no se referían a un pato, sino a un pacto: el que el pueblo judío aseguraba tener con Dios.
Los acusaban de ser causantes de todas las desgracias y males y para burlarse de su fe, de su pacto con Dios. Cuando se reunían en sus sinagogas les decían «aquí pagaréis el pacto» y amenazaban con «pagar el pacto», en clara alusión a quemar sus templos.
El Génesis presenta a Abraham como aquel que establece una alianza (un pacto) con el único Dios y como el depositario de diversas promesas divinas.
El dicho, como en muchos casos, surge de un tema fonético, del sonido, que deriva en la expresión que ha sobrevivido al tiempo y los idiomas y se sigue usando en nuestra sociedad. Cambió pacto por pato.
Los profesores, seguidores de Pedro Castillo, son acusados de tener vínculos con el narcoterrorismo por ir en la misma lista de Perú Libre. Ahora pagan pato.
Sube el dólar, sube el trigo, paga pato el panadero.
Vladimir Cerrón quiere sacar plata turbia del banco. El embajador Richard Rojas paga pato.
Crece la inseguridad ciudadana y pareciera que los expertos no hacen nada. César Ortíz Anderson paga pato.