¿Cuál pudo haber sido la manzana de la discordia entre Pedro Castillo y Vladimir Cerrón?
Cuando ocurre un divorcio, político en este caso, es por una razón muy poderosa, que separa a dos personas hasta hace poco tiempo vistas como un dúo capaz de todo, hasta de ganar la presidencia de la república.
La expresión “manzana de la discordia”, contrariamente a lo que muchos suponen, no tiene nada que ver con la Biblia, Adán y Eva y el fruto prohibido, no tiene nada que ver con el cristianismo.
La “manzana de la discordia”, según la mitología griega, tiene que ver con una manzana de oro que la diosa Eris, la diosa de la discordia, llevó a la boda de Peleo y Tetis y la arrojó a los pies de las bellas diosas Atenea, Afrodita y Hera.
Dijo que la manzana de oro sería para la más bella entre ellas y como la decisión resultaba difícil, confiaron en el criterio de Paris, el príncipe de la hermosa figura, quien debía decidir. Escogió a Afrodita, la diosa del amor y la belleza.
Pero ¿cuál fue la manzana de oro que separó a Castillo y Cerrón?
Hay quienes recuerdan que el ex premier Guido Bellido, en una gestión torpe y apresurada invitó a los empresarios de Camisea a un diálogo para revisar el contrato de concesión, con una pistola apuntándoles la cabeza.
Al salir Bellido del gabinete ministerial salió el ministro de Trabajo y mientras los reflectores apuntaban a Iber Maraví, salió también Iván Merino Aguirre del ministerio de Energía y Minas, reemplazado por Eduardo Gonzáles Toro.
El nuevo ministro es egresado de la UNI, fue director de la empresa Promoción Desarrollo y Mercadeo S.A, y gerente general de GT Technology, premiado por Indecopi y Concytec por el “Transformador de energía hidráulica”, proyecto que busca utilizar la energía de la ribera de los ríos y convertirla en energía eléctrica. El invento formaba parte de un plan integral para el desarrollo de la comunidad asháninka de Yiyayo, río Kimbiri, en la selva de Satipo (Junín) en el Valle de los Ríos de Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
La bronca no habría sido por una manzana de oro, aparentemente, sino por un proletario balón de gas.
Otra tesis apunta a un bluff, un farol para justificar el rechazo al voto de confianza y apurar así la disolución del congreso y convocar a una asamblea constituyente.
