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sábado, noviembre 23, 2024

PUPPY, EL PERRO DEL MUSEO

Un terrier blanco de las partes alta de Escocia es la raza de perro que sirvió de modelo al gigante de más de 12 metros de altura conocido como Puppy, ubicado en los jardines del Museo Guggenheim de Bilbao, una atracción aparte del lugar turístico que comienza a reactivarse en estos días en Vizcaya, en la comunidad autónoma del país vasco, en España.

Hasta allá se fue Lupe Chávarri para conseguir la foto donde también está ella feliz junto a ese monumento de 16 toneladas de flores que tuvo que ser sometido a un tratamiento especial debido al descuido involuntario motivado por el Covid 19.

Los terrier son perros pequeños pero robustos, de entre 6 y nueve kilos de peso, pero sumamente ágiles y pese a ser extremadamente blancos tienen un pigmento oscuro alrededor de los ojos, boca y la nariz (el chuño) que los hace diferentes a los albinos.

El país vasco (Euskadi) está ubicado al norte de España, conserva antiguas tradiciones culturales como el idioma y de allí es que provienen apellidos como el de la circunstancial visitante.

El Museo Guggenheim es un edificio con una singular arquitectura dedicado al arte moderno y pertenece a la Fundación Solomon R. Guggenheim, fue diseñado por Frank Gehry y abierto al público en 1997. Alberga exposiciones de arte de obras pertenecientes a la fundación Guggenheim y exposiciones itinerantes. La estructura principal está radicalmente esculpida siguiendo contornos casi orgánicos. Parte del edificio es cruzado por un puente elevado y el exterior está recubierto por placas de titanio y por una piedra caliza igual a la que se utilizó para construir la Universidad de Deusto.

El perro diseñado por Jeff Koons, no nació en la plaza Txema sino  en el patio del castillo alemán de Waldeck, cerca de la ciudad de Bad Arolsen y fue presentado en el Museo de Arte Contemporáneo de Sidney, en 1997.

Que las flores crecen «de un modo desigual y anárquico» gustaba tanto a Koons y a la Fundación Guggenheim, que compró la escultura por 1,2 millones de dólares, y la dejó vigilando a la entrada de su museo, en Bilbao.

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