Help! I need somebody
Help! not just anybody
Help! you know I need someone
Help!
Cuando era más joven,
mucho más joven que ahora,
nunca necesité la ayuda de nadie para nada.
Pero ahora esos días se fueron
y ahora no estoy tan seguro de mí mismo.
Son las primeras estrofas de uno de los más grandes éxitos musicales de los Beatles y tendría 13 ó 14 años cuando me convertí en fanático de ese grupo, como la mayor parte de mi generación, en todo el mundo.
Compartía la afición con los niños de mi barrio y uno de ellos, de mi edad, tenía ciertas “habilidades” especiales como la que paso a contarles muy brevemente.
Una radio de Tacna, Latina, organizaba un concurso entre los seguidores de los Beatles que invitaba a enviar cartas con dos nombres para que participen en un sorteo de cinco pasajes a Arica y entradas al cine donde estrenaban la primera película del grupo “Help”. La radio funcionaba en el sótano de una galería céntrica, junto a la heladería Roma.
La película trata sobre la persecución de un grupo de seguidores de una secta hindú a los Beatles, especialmente a Ringo Star, que tenía en uno de sus dedos un anillo que recibió de regalo de una doncella que debió ser sacrificada. Se suman a las correrías por los Alpes unos científicos locos que también quieren el anillo para ser famosos.
Llenamos varios sobres de cartas con nuestros nombres y al momento de depositarlos en el ánfora para el sorteo, sin que nadie se percate, Roly extrajo todos los otros sobres.
En presencia de un notario público salimos sorteados, viajamos a Arica y vimos la película de nuestros ídolos. Eso de hacer trampa con las ánforas es un juego de niños, me consta.
Ayúdame a volver poner los pies en el suelo,
Por favor, por favor, ¿me ayudarás?
Help, help.