Mi amigo y compañero de promoción Jorge Mares Montoya, catedrático universitario y de amplia trayectoria profesional en el sector público y privado me invitó a terminar una revista sobre la Beneficencia Púbica de Lima donde estaba de gerente. Asumí el reto por uno o dos meses y entre otros temas me tocó escribir sobre las visitas nocturnas al Cementerio Presbítero Maestro, el más antiguo de Lima.
Hasta antes de la creación de ese cementerio solían sepultar los cadáveres en los sótanos de las iglesias hasta que por iniciativa del Presbítero Maestro Alegría, sacerdote, arquitecto y artista de la música, pintura y escultura que recibe el encargo del Virrey Abascal de reconstruir Lima, luego del terremoto que la destruyó en 1746.
Diseñó las torres de la Catedral y los altares mayores de las iglesias de San Francisco y San Pedro, entre otras obras. Fue quien diseñó el cementerio que después llevaría su nombre, al igual que el Pabellón de Medina de San Fernando, de la Universidad de San Marcos.
Según la UNESCO, se trata de uno de los más bellos e importantes recitos de arte y cultura del mundo, debido al valor de construcciones como la Cripta los Héroes y diversos mausoleos adornados de finas esculturas.
El tour nocturno que un tiempo estuvo promoviendo la Beneficencia está inspirado en aquella madrugada de 1917 cuando el escritor y político José Caerlos Mariátegui acompañado de un grupo entre los que estaba la bailarina rusa Norka Rouskava, protagonizaron escenas narradas luego como de escándalo, debido a que la artista bailó semidesnuda entre las tumbas con la Marcha Fúnebre de Chopín.
Visitar el cementerio de noche es una experiencia entretenida si tienes la suerte de estar acompañado de algún guía conocedor del nombre de los ilustres personajes sepultados en los mausoleos más llamativos.
Después de la peste, que confiemos acabará muy pronto, es una posibilidad de conocer algo de historia con una visita nocturna a este cementerio. FOTOS DE LUPE CHÁVARRI